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L&S.-La vida sin sal no sería posible, pero también es cierto que el consumo elevado actual de sal es perjudicial para nuestra salud. Esta afirmación se debe a la «sal común», o «sal de mesa». La sal común, nada tiene que ver con la sal del Himalaya y la sal marina o sal natural. Mientras que la sal común o sal de mesa es básicamente cloruro de sodio, realmente no es la sal que necesitamos para mantener la vida. Muy al contrario de eso, el cloruro de sodio, puede llegar a matarnos. Es una sustancia agresiva y tóxica que sobrecarga al organismo.
Los cristales de la sal del Himalaya son mucho más que cloruro de sodio. Está compuesta exactamente por los mismos 84 elementos de los que se compone el cuerpo humano y en la misma proporción que en este los necesita. Nuestra sangre es idéntica al agua salina del mar. De hecho, muchas operaciones se realizan introduciendo agua salina en las venas.
En la antigüedad, la sal era una moneda de cambio y quién tenía la sal, tenía el poder. A los antiguos soldados se les pagaba en sal y de ahí proviene la palabra «salario». Con el tiempo y las formas de explotación modernos, además de los avances químicos mal empleados, han convertido al «oro blanco» en un veneno implantado en nuestra sociedad. La sal refinada que utilizamos es la causante de muchas enfermedades como por ejemplo, la gota, la hipertensión, el ácido úrico, la esclerosis, la celulitis, etc.
No podemos decir que la sal es un bien escaso en la tierra existe mucha abundancia de sal 100% natural y es muy muy barata. Está en mares y océanos, los cuales cubren el 70% de la superficie terrestre, si bien es cierto que los mares están degradados por la contaminación y que la sal que sacan del mar está refinada, habiendo perdido todas sus propiedades.
Pero, en la tierra sigue habiendo sal pura y completa. Una de ellas es la sal del Himalaya. En el Himalaya hace miles y miles de años se secaron los mares primarios por la energía solar. Dejaron grandes concentraciones de cristal de sal en minas. el tipo de sal en estado puro y natural que resulta deseable. Esta sal fue sometida a la enorme presión del peso de las montañas y hoy en día sigue siendo sal pura y completa. Una sal de cristal fantástica, con una composición orgánica y una biodisponibilidad muy superior a la de la sal natural gema que encontramos a la venta. Esa es mucho más basta pues no cuentan con el refinamiento otorgado por la exposición durante milenios a las increíbles presiones a la que fueron sometidas las sales marinas guardadas tanto tiempo en el vientre el Himalaya.
Es exactamente la composición orgánica de la sal del Himalaya la que garantiza la disponibilidad bioquímica de los elementos que se encuentran en nuestro cuerpo. La sal del Himalaya debidamente mezclada con agua, nos ofrece toda la energía acumulada.
La solución salina conseguida con agua y sal del Himalaya es una «sopa primaria» de la vida. Cuando el agua se combina químicamente con la sal natural, cambia la estructura geométrica del agua y la sal, creando algo completamente nuevo: la solución salina. Con la solución salina a base de sal del Himalaya podemos conseguir justamente «las frecuencias» que nuestro cuerpo necesita cuando está enfermo. Es una sal que cura.
Hay que colocar uno o más fragmentos de sal cristalina en un recipiente con tapa. Se añade agua pura, baja en minerales hasta que se cubran los trozos de sal. Cuándo hayan pasado unas veinticuatro horas, aproximadamente, los cristales de roca de sal del Himalaya se habrán disuelto en el agua. De esa manera se habrá formado una solución de agua salina en una concentración del 26%. Una vez el agua esté saturada de sal, no admitirá más sal en la mezcla y no disolverá más cantidad de sal. De esta solución se pueden ir sacando diariamente la cantidad de solución salina que se necesite.
Tomar esta solución a base de sal del Himalaya diluida cada mañana en ayunas, después de levantarse. El tratamiento puede prolongarse a lo largo del día, añadiendo una cucharadita de la solución salina en un litro de agua y bebiendo de esa mezcla durante todo el día.
Lo importante de esta bebida, no es tanto la cantidad sino la regularidad de la ingestión. Desde el punto de vista bioquímico esta solución estimula en pocos minutos la actividad gastrointestinal. Dicha activación a su vez estimula el metabolismo y la digestión.
Tomando regularmente esta solución salina a base de sal del Himalaya se establece el equilibrio electrolítico mejorando la conductividad en nuestro cuerpo. Esta mejora de la conductividad tiene también un efecto positivo sobre nuestra circulación.
Con la solución salina de sal del Himalaya se consigue un equilibrio entre el medio ácido y alcalino. Podemos eliminar metales pesados, depósitos de cal y otros residuos, previniendo enfermedades reumáticas como la gota, artritis o artrosis, piedras renales, celulitis, hipertensión, etc. Además, el tomar la solución salina resulta en un auténtico bálsamo para la piel irritada o enferma.
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